El Tribunal Supremo ha condenado al Magistrado Baltasar Garzón a 11 años de inhabilitación.
ACCEDE A LA SENTENCIA.
Creemos que sobran comentarios y valoraciones de la sentencia que hoy se ha hecho pública, muchos otros los han hecho con mucho más conocimiento de causa.
La triste realidad es que en la Justicia española habrá un antes y un después de esta sentencia, haya o no haya rectificación por el Tribunal Constitucional o el Tribunal de Estrasburgo.
A partir de ahora, cuando hablemos de la modernización de la justicia, deberíamos empezar a hablar de algo más que modficar los métodos de trabajo o de dejar en manos de los propios Jueces la elección del órgano que debe controlarlos, el Consejo General del Poder Judicial, deberíamos empezar a exigir que algún valiente se atreva a llevar a cabo la verdadera modernización-transición en la Justicia española, solo así recuperaremos el prestigio perdido, si es que alguna vez lo tuvimos.
A continuación os transcribimos la carta que ha hecho pública la hija del Magistrado.
A los que hoy brindarán con champán
Esta carta está dirigida a todos aquellos que hoy brindarán con champán por la inhabilitación de Baltasar Garzón.
A ustedes, que durante años han vertido insultos y mentiras; a ustedes, que por fin hoy han alcanzado su meta, conseguido su trofeo.
A todos ustedes les diré que jamás nos harán bajar la cabeza, que nunca derramaremos una sola lágrima por su culpa. No les daremos ese gusto.
Nos han tocado, pero no hundido; y lejos de hacernos perder la fe en esta sociedad nos han dado más fuerza para seguir luchando por un mundo en el que la Justicia sea auténtica, sin sectarismos, sin estar guiada por envidias; por acuerdos de pasillo.
Una Justicia que respeta a las víctimas, que aplica la ley sin miedo a las represalias. Una Justicia de verdad, en la que me han enseñado a creer desde que nací y que deseo que mi hija, que hoy corretea ajena a todo, conozca y aprenda a querer, a pesar de que ahora haya sido mermada. Un paso atrás que ustedes achacan a Baltasar pero que no es más que el reflejo de su propia condición.
Pero sobre todo, les deseo que este golpe, que ustedes han voceado desde hace años, no se vuelva en contra de nuestra sociedad, por las graves consecuencias que la jurisprudencia sembrada pueda tener.
Ustedes hoy brindarán con champán, pero nosotros lo haremos juntos, cada noche, porque sabemos que mi padre es inocente y que nuestra conciencia SÍ está tranquila.
Madríd, 9 de febrero de 2012. María Garzón Molina