Parece que con los cambios de gobierno producidos tras las últimas elecciones en las diferentes CCAA se están destapando ejemplos de despilfarro (por no llamarlo de otra forma ya que no tenemos pruebas) a los que nos han acostumbrado unos gestores inoperantes.
Si hace unos días vimos el despilfarro de la fallida ciudad de la justicia de Madrid, ahora nos encontramos con el descubrimiento de 3.250 ordenadores que están almacenados sin poderse utilizar dado el obsoleto sistema informático de los Juzgados de la Comunitat Valenciana.
Deberían empezarse a exigir responsabilidades a aquellos gestores que demuestran su nula capacidad, debiéndoles inhabilitar de por vida. Solo así podremos empezar a hacer que las cosas funcionen mínimamente bien.